Las curiosas estatuas de bronce de Bratislava

Paseando por el centro histórico de Bratislava, puede que te encuentres con las extrañas esculturas a tamaño natural que desde hace varios años pueblan la escena urbana y captan la atención de los transeúntes al igual que museos y monumentos. Los extraños personajes inmortalizados en las calles del korzo (centro histórico), ocupados en actividades más o menos "particulares" o retratados en situaciones graciosas y divertidas, han conquistado la simpatía de los ciudadanos y visitantes, convirtiéndose en una atracción turística absolutamente imprescindible. Las primeras estatuas se colocaron con el objetivo de animar las calles del centro tras el fin de la era comunista; su éxito fue tan grande que se decidió instalar otras, desatando, desde entonces, una verdadera "búsqueda" de estatuas. Ningún visitante puede, de hecho, dejar Bratislava sin una foto de recuerdo con sus famosas caras de bronce.

Quizás, la estatua más querida de la ciudad es Cumil, también conocido como el Ojeador, el extraño hombrecito que asoma desde una alcantarilla en la esquina entre la calle Panská y la calle Laurinská. Aunque no se sabe con certeza si Cumil acaba de limpiar la alcantarilla, si se está escondiendo o si está mirando debajo de las faldas, lo cierto es que la inusual escultura es seguramente una de las más divertidas y que muchos no renuncian a hacerse una foto sobre su cabeza. A este respecto, cabe mencionar que más de una vez el pobre Cumil ha sido decapitado debido a automovilistas imprudentes, tanto que fue necesario colocar un cartel de tráfico para señalar su extraña presencia.

Con los antebrazos apoyados en un banco en Hlavné námestie, un soldado napoleónico observa a la gente que pasa de día y de noche en la hermosa plaza de la ciudad, esperando quizás, a que alguien se siente en su banco y le haga compañía. En la esquina entre la calle Laurinská y la calle Radničná, podrías tener la sensación de ser espiado, pero no te asustes, solo es Paparazzi, la estatua que representa a un fotógrafo armado con un teleobjetivo listo para tomar una foto. En la acera de Rybárska brána, hay un hombre de aspecto elegante con un sombrero de copa en la mano, que saluda a los transeúntes que cruzan su camino. Se opina que Schone Naci, también conocido como Bell'Ignazio, representa a un caballero que realmente vivió en Bratislava a principios del siglo XX, quien, debido a un amor no correspondido, habría perdido la cabeza. A pesar de ser muy pobre, Ignac siempre se mostraba muy elegante y cuando caminaba por las calles de la ciudad saludaba cortésmente a los caballeros y hacía una reverencia a las damas.

Otro personaje que despierta gran curiosidad es el Burlesco, el pequeño hombre que mira riendo desde el desván de una casa en la calle Panska. Para algunos, la extraña figura se esconde para espiar y burlarse de los desafortunados que pasan; para otros, en cambio, el singular ser se habría asomado a la ventana apresuradamente para contemplar la festividad de la coronación. Si paseas por la plaza Hviezdoslavovo, puedes encontrarte con la hermosa estatua de H. C. Andersen representado con un sombrero en la mano, una caracol cerca de sus pies y con un pequeño niño con un sombrero de copa en la cabeza sobre su hombro izquierdo. El famoso autor de cuentos se detuvo en Bratislava donde, por una serie de circunstancias (un cuento pintado en las paredes de una casa y el incendio que afectó al pueblo de Devin) nació "La pequeña cerillera".

Aún hay muchas esculturas diseminadas por el centro de la ciudad, como el Barón de Munchausen sobre una bola de cañón en la fachada del palacio al Barbaron en Obchodna ul. 31; la chica con la manzana y el hombre que mira el reloj (en un callejón no muy lejos de "Paparazzi"); el soldado en la caseta (cerca del soldado napoleónico); las dos mujeres cerca de la caja de correos: una sentada sobre la caja de correos y la otra sentada en un patín, con la mirada hacia arriba (calle Poštová).